El Puerto de San Blas fue fundado en el siglo XVII y muy pronto se convirtió en el astillero más importante del Pacífico. De aquí zarparon las naves españolas para la exploración de Alaska y la evangelización de las Californias en donde Fray Junípero Serra fundó 17 misiones.
Visite las ruinas de la antigua Aduana construida a mediados del siglo XVIII. Suba al fuerte San Basilio, monumento que data de la Colonia y observe la impresionante panorámica de la bahía al lado de los vetustos cañones que protegían el acantilado, testigos del movimiento de Independencia que iniciara en la región el padre José María Mercado.
Admire los restos de la antigua Iglesia de Nuestra Señora del Rosario “La Marinera”, que data de 1769 y en la que estuvieron las famosas campanas de bronce que Henry W. Longfellow inmortalizara en su poema “Las campanas de San Blas”.
Dentro de las páginas de la historia se encuentra el Heróico Batallón de San Blas que defendió en 1847 el Cerro de Chapultepec en la ciudad de México durante la invasión norteamericana.
En 1873, por decreto presidencial, el puerto fué cerrado al comercio marítimo.